CASOS CLÍNICOS
CASO A.
Federico tiene 36 años y está casado, con tres hijos. Es un
paciente que suele acudir poco a consulta salvo por ocasio-
nales infecciones de las vías respiratorias, aunque tiene an-
tecedentes de enfermedades de transmisión sexual (ETS).
No oculta ser una persona sexualmente muy activa, con
más de seis parejas en los últimos 12 meses. Es transportis-
ta internacional, por lo que tiene muchas y largas estancias
fuera de casa. Rara vez utiliza preservativos (los evita si la
pareja se aviene) porque dice que «no es lo mismo». La se-
mana pasada se enteró de que una mujer con la que había
tenido relaciones hace un año había dado positivo en la
prueba del VIH, por lo que acudió a consulta. Tras la explo-
ración (dentro de la normalidad), la información, el consejo
preprueba y el consentimiento correspondientes, se realizó
la prueba del VIH, que resultó ser positiva. Ante estos resul-
tados y ante la estrategia de abordaje para el cribado de los
contactos y el enfoque preventivo de futuros contactos se-
xuales con su pareja, accede inicialmente a dar cuenta a
sus contactos extramatrimoniales pero rechaza taxativamen-
te que se informe a su mujer, mostrándose muy reticente a
adoptar medidas de precaución porque «podrían darle que
sospechar y esto podría destrozar mi matrimonio. Quiero
que usted me atienda pero no quiero que se lo diga a nadie,
y menos a mi mujer».
ANÁLISIS CASO A.
CASO B
El Dr. Vielma se entera de que un conocido suyo, el Sr. Paz,
ha estado enfermo. Tras no poder hablar con el médico res-
ponsable, que ha salido a hacer unas visitas a domicilio, pre-
ocupado, accede al sistema informático y consulta para ver
el historial del paciente (motivos de consulta, diagnóstico,
etc.) a fin de averiguar qué le pasa y cómo le va. En algún
punto que el programa le pide una contraseña consulta y uti-
iza la que hay en un
en el monitor del ordenador en-
marcada en rojo. Al acabar la consulta pasa por la zona de
administración, donde tienen la cafetera y que se utiliza
como zona de descanso. No es raro que comente anécdotas
de pacientes con los colegas en ocasiones, como ocurre en
este caso, incluyendo datos de identificación. La sala está a
escasos metros del vestíbulo del centro donde muchas per-
sonas aguardan su turno para pedir información o solicitar
cita previa y las conversaciones son bastante fáciles de oír.
Entre el personal que está tomando café se encuentra la en-
fermera Rosa, amiga de la mujer del enfermo (sus hijos van
al mismo colegio que los del Sr. Paz). Al llegar a casa llama a
su amiga y le pregunta por su marido. A los pocos días, el
enfermo acude a la consulta de su médico, el Dr. Carnero,
molesto porque su dolencia vaya de boca en boca. El Dr.
Carnero, sorprendido, le asegura que él no ha hablado con
nadie. El Sr. Paz, disgustado, le exige su historia clínica para
irse a otro médico, al haberse quebrado su confianza.
ANÁLISIS CASO B.
CASO C.
Gerardo es un paciente de 25 años con trastorno de la per-
sonalidad, que se manifiesta en acusada desconfianza e
ideas de referencia. Ha solicitado ayuda tras la ruptura de
relaciones con su novia. Después de varios intentos fallidos
para lograr una continuidad en la consulta con el psiquiatra
ha sintonizado con la psicóloga clínica, quien logra darle
apoyo psicoterapéutico con regularidad. Esta profesional del
equipo de salud mental de referencia comenta preocupada
al médico de familia que el paciente está realizando un curso de prácticas con armas de fuego para matar a su exnovia si esta llega a comprometerse con otro hombre. El paciente le cuenta a la terapeuta que ya ha intentado asesinar a otras personas.
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